martes, 29 de marzo de 2011

GOYA GUTIÉRREZ, HACIA LO ABIERTO

ACEPTAR EL REGRESO

Hacia lo abierto
Goya Gutiérrez
Barcelona, 2011

   Con un contrastado itinerario lírico, la directora de la revista Alga  Goya Gutiérrez (Zaragoza, 1954) presenta una entrega plural, Hacia lo abierto, cuyas páginas entrelazan versos, esbozos visuales de Edu Barbero y fotografías de Enric Velo. El resultado es una propuesta rica en matices que emplea como umbral una cita de Rainer María Rilke, una presencia pertinaz del canon siempre asociada a una poética ensoñadora que se vuelca hacia la materia.
   El tema central de esta sexta entrega de Goya Gutiérrez, organizada en torno a los cuatro elementos cosmogónicos y su simbología –tierra, agua, aire y fuego-  es una reformulación ontológica del yo; cada devenir existencial no es sino un cúmulo de energía en préstamo que languidece en el acabamiento para reintegrarse en lo universal. La muerte es la verificación melancólica de la caducidad y es, al mismo tiempo, un ejercicio de simetría entre lo que se inicia y lo crepuscular. De esa condición no están exentos los objetos cercanos, ni siquiera los que aparentan en sus líneas formales un sino perdurable que antes o después acaba siendo morada de la fisura o el óxido.
   Es un tema de la tradición literaria en el que reinciden voces de todas las épocas. Pero cada poema siempre emplea las mismas “palabras de familia tibiamente gastadas”  para dar a lo conocido un matiz nuevo, una formulación original.
   Las imágenes de Enric Velo buscan con frecuencia el panorama insólito, el encanto ideal de lo lejano, Los colores impregnan la retina, proponen un largo viaje hacia lo abierto, cuyo escenario puede ser China, o el Tibet, un rincón de la costa o el litoral de Marruecos. Son instantes capturados de una realidad significativa donde cada paisaje deviene experiencia estética.
   No existe una poética particular en las creaciones visuales de Eduardo Barbero; se  apuesta por la diversidad, por la visión autónoma y fragmentaria.
   Goya Gutiérrez, a través de una dicción directa y comunicativa que vela las referencias y se ciñe al poema breve en verso libre, construye en Hacia lo abierto una meditación austera  sobre el transcurso; somos un peso leve en un espacio de continuo fluir:

                                  Ojalá sabiéndome vivir pudiera
                                 Abrir mi corazón como granada
                                 Reintegrar a la tierra al agua al aire al fuego
                                 Esa semilla que a ti y a mi nos fue otorgada
                                Y al espacio del continuo fluir pertenece. 

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