domingo, 9 de octubre de 2011

LUIS ALBERTO DE CUENCA: DURACIÓN DE UN SUEÑO

En la cama con la muerte
Luis Alberto de  Cuenca
Anejos de Siltolá, Sevilla, 2011

   Luis Alberto de Cuenca (Madrid, 1950) es un referente incuestionable del espacio poético actual. En sus comienzos, en los años setenta, mostró una adhesión entusiasta al culturalismo; ya en los ochenta con La caja de plata –por citar uno de sus títulos más significativos- es perceptible su apuesta por una línea clara y comunicativa, en la que todavía sigue; una evolución dinámica que amalgama aporte cultural y un anecdotario sobre lo real transcendido.
   Su producción se caracteriza por la heterogeneidad de motivos, lo que ha propiciado varias antologías temáticas. Lega ahora En la cama con la muerte, impulsado por la editorial sevillana La Isla de Siltolá. La entrega se ilustra con fotografías de Miguel Fernández-Pacheco y Marcela Lieblich que acompañan a un conjunto de poemas fúnebres, a los que se antepone una carta personal que justifica las imágenes.
   Ya el título concede a la muerte una presencia corpórea y tangible, que el protagonista textual debe soportar con la pertinente melancolía y con la proximidad de una costumbre.   La amplia semántica del sustantivo “muerte” se llena de matices y enfoques diversos. Así, en el devenir diario la muerte es una constatación de finitud que obliga al sujeto a afrontar con tristeza su destino perecedero: “Cuando Shakespeare murió, Ya estaba triste. / cuando la Armada naufragó, mis ojos / habían naufragado ya en su daño. / A Marlowe lo enviaron al infierno / y ya mi corazón estaba roto“. Pero lo sombrío se supera de inmediato con unos soleares; recuerdan al tremendismo y la desgarradura de las letras flamencas, versos con sentimiento y humor. La dedicatoria a Ángel Guache propone también las concomitancias con una línea estética que hace del absurdo y el humorismo lúdico  recursos expresivos contra el patetismo.
   Si el verso libre es identidad de la poesía intersecular, Luis Alberto de Cuenca emplea las estrofas cerradas con pericia. Recupera el soneto y aborda innovaciones formales. En esta entrega  nos presenta un soneto en heptasílabos en el que consigue un avance narrativo envidiable.
   Algunas composiciones recuerdan pequeños relatos oníricos en los que se conjugan endecasílabos, alejandrinos e incluso poemas en prosa. Además varios textos sugieren un mayor carácter emotivo porque se refieren al contexto biográfico. El yo poemático se acerca a la identidad biográfica y hallamos poemas que tienen como protagonista al núcleo familiar o que recuperan el recuerdo de Rita, aquella primera novia que falleció muy joven.
   En cada tema se encierra una verdad poética, sea el amor o la muerte. En las páginas de En la cama con la muerte volvemos sobre textos muy conocidos y el nuevo contexto permite vislumbrar ese diálogo en voz baja que la escritura sostiene con la permanencia. La muerte es el punto final de una biografía fugaz e irrepetible; el hombre no supera su condición de ser contingente en un espacio perecedero; por eso la escritura es una respuesta de la conciencia para seguir latiendo. Frágiles palabras que se contraponen al vacío.

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