viernes, 31 de mayo de 2013

EN LA FERIA DEL LIBRO DE MADRID.


En la Feria del Libro de Madrid

   El filósofo José Ortega y Gasset tenía debilidad por el pensamiento derramado y la conclusión aforística. Esa paradoja puede aplicarse a mi paseo de hoy por la Feria del Libro de Madrid que expone al sol miles de libros y abundantes autores que firman sus entregas más recientes. Acudirán muchos amigos y algunos maestros.
  Abarcar todo es imposible; estar en todas las firmas también, así que seré selectivo y me resignaré a visitar los estantes dos o tres días, con la certeza de que "leer un libro es, como todas las ocupaciones humanas, una faena utópica".

miércoles, 29 de mayo de 2013

COSAS NECESARIAS.

COSAS NECESARIAS

        A ti, desconocida tan cercana,
        porque no leerás este poema

La nieve y el café,
porque lo cotidiano es caprichoso
y se nutre de roces que suscitan
el parpadeo de la evocación.

Las plumas de escribir
con tinta azul,
un color prestigiado
que deja sobre el folio
olor a cielo
y el tacto de la espuma en bajamar.

Las gafas que contemplan el pasado;
(mis gafas nunca miran el futuro
por miedo a la presbicia).

El cuaderno de apuntes,
por si acaso el poema
asoma inesperado.

Y, anclada en tierra firme,
cualquier calle
con una dirección irreductible
que me lleve ante ti.

           ( De un libro en preparación)
 

lunes, 27 de mayo de 2013

ISMAEL ALONSO. TIERRA ERES.

Tierra eres
Ismael Alonso
Bohodón ediciones, Madrid, 2013
 

 LA  COMARCA INTERIOR
 
   Tras distintos quehaceres periodísticos en cabeceras gráficas como Diario 16, Cambio 16  y Paisajes desde el tren, Ismael Alonso, profesor de lengua y Literatura en un centro educativo madrileño, se consolida como narrador en un segmento temporal muy breve. En poco más de un año llegaron a imprenta las novelas Algún día y la hija de la lluvia; además ha escrito poemas de los que hallamos en el blog del autor un amplio muestrario.
   Su tercera apuesta en prosa, Tierra eres incluye como brújula una cita de Eloy Sánchez Rosillo, el poeta elegíaco más importante de la Generación del 70. El tono realista de la misma sirve de aviso al lector que se aventure en sus páginas. Un discurso lógico rastrea el paso de un paisaje humano contraído. Tierra eres conforma una lectura denotativa en clave de memoria coral que deja al descubierto esos pliegues del pasado habitados por secundarios; tercas identidades que nunca protagonizaron una gesta vital digna de figurar en la cursiva de lo transcendente.
   Los breves capítulos suman episodios acontecidos en una comarca rural innominada; de este modo el lugar descrito aparece como recreación simbólica. En el precario adobe de sus casas, la existencia arropa un tiempo de desgana y melancolía, de escasez y mínimos horizontes. Allí comparten su resignación y ánimo encogido algunos hombres, sin otro afán que concluir la jornada con la visita a un club de alterne donde apagar su desazón y encender la frágil llama de la carne. La casa de citas es un paraíso doméstico porque la convivencia conyugal supura tedio; y allí trajinan unas cuantas mujeres que ejercen sus papeles con ese halo austero de quien acepta un destino impuesto, que les deja las manos agrietadas y el vientre seco.
   Son años de posguerra, tiempos grises como las extrañas imágenes discontinuas que emite una televisión en blanco y negro. Casi nadie se atreve a intentar la huida y empezar de nuevo en otra parte para subirse al tren de una segunda oportunidad. Si lo hacen Don Fulgencio, el maestro rural que mantiene a diario el cívico disfraz del ciudadano ejemplar y aguantó su viudez hasta conocer a María, una prostituta larguirucha y delgada, cuya juventud tiene el brillo primario de la belleza. También escapa Tomás, quien siente la necesidad de plantearse el sentido del yo en otra parte, lejos de las grietas en la intimidad que abrieron otros.
  A los demás sólo les queda airear secretos, practicar el rumor que atraviesa paredes y asomase al espejo cada día pensando que es imposible huir porque el discurrir es sólo una ruta agostada que alguien trazó por nosotros.
   La prosa de Ismael Alonso, natural y directa, próxima a la modulación oral, nos dibuja en Tierra eres los borrosos contornos de un paisaje rural habitado por fantasmas onettianos. Las sombras se mueven y respiran, pero carecen de un mínimo rescoldo de rebeldía. Los protagonistas, desasistidos por la realidad, saben que los sueños nunca se realizan y que en los pinares y baldíos de aquella comarca el futuro tiene siempre un carácter ficticio y engañoso. El discurrir de las horas justifica el pesimismo. La vida es contingente y efímera, aunque pudo haber sido de otro modo.

 

domingo, 26 de mayo de 2013

ATADURAS.

Javier Cabañero. West Palm Beach (Florida). 2012.


ATADURAS:

A diario mantengo el cívico disfraz de la esperanza.

Palomas, rosales en flor, bicicletas, gorriones,  parejas de la mano… Profusión de elementos de un domingo pinturero. 

Tinta fresca; permanecen los garabatos del encuentro. 

Cuando saluda, sus palabras suspenden en el aire una lápida fúnebre.
Si ves una brizna de luz recuerda que una vela no es una estrella.

Signos de agotamiento frente al ordenador. Vencido y desarmado por la neurótica saturación de asuntos pendientes. 

Ojos de vuelta: el discurrir de las horas dejó ese reguero de ceniza.



sábado, 25 de mayo de 2013

DÍAS EN CALMA.

Haro, Logroño, 2013

Identidad

No sé nada de ti, pero me absorbe
ese juego inocente de modelar tu ser.
Transmigro cualidades y actitudes,
deposito palabras
que te definen cuando las pronuncias,
condesciendo con algunas manías;
respeto los precintos
a tus zonas ocultas;
te dejo los sentidos en alerta.
Hago y deshago en ti.
Me siento un dios menor
que en esta creación cobra sentido.
Es urgente que tú pongas el soplo.

( De La noche en blanco, DVD, Barcelona, 2006)

jueves, 23 de mayo de 2013

ROSA HUERTAS. LOS HÉROES SON MENTIRA.

Los héroes son mentira
Rosa Huertas
Edelvives, Madrid, 2013
 

RECUERDOS DE IFNI

 
  Detrás de la escritura de muchos libros alienta un impulso intelectual, la búsqueda incansable de la palabra exacta. Otros, en cambio, tienen su germen en una necesidad afectiva. La novela de Rosa Huertas (Madrid, 1960) Los héroes son mentira  pertenece a estos últimos; así se entiende mejor y así se justifican las fotos familiares de cubierta y la denominación real de los personajes,sin velar nombres ni parentescos.
  Es una constante de la autora la dispersión en el cauce argumental de sus ficciones de elementos autobiográficos; están, por ejemplo, en La caja de los tesoros, donde se recrea un recuerdo de sus veraneos infantiles, y en El blog de Cyrano donde la sensibilidad juvenil rememora el tiempo de su amanecida en las aulas universitarias. Pero los recuerdos aparecen diluidos, como si las pautas imaginarias tuviesen un peso específico mayor.
  En los capítulos de Los héroes son mentira es el núcleo familiar de la escritora quien sale a escena y es la voz del padre la que suena con la fuerza de lo necesario. La enfermedad paterna y el internamiento hospitalario dejan el clima afectivo en un tiempo de espera; el tumor exige la recapitulación, galvaniza la memoria como si hubiese una necesidad palpable de recuperar el recuerdo más duro de la existencia. Se agota el plazo concedido para el deambular por los días y es preciso dejar constancia de los pasos. Esa es la función primordial de la escritura: ser testimonio firme.
   Ese punto cero del itinerario biográfico del padre es la Guerra de Ifni, una experiencia extrema que convulsiona la existencia posterior y se mantiene replegada en la memoria como una dolorosa espina que exige aflorar.
   Es un episodio histórico que apenas se vislumbra en los manuales de Historia Contemporánea, como si fuese un error que mereciese olvido. Los efectos colaterales casi no se percibieron en la memoria colectiva, pero los sucesos existieron y lastraron la conciencia de los protagonistas con dos o tres certezas no por obvias menos dolorosas: las guerras no son buenas, todas son malas, los héroes no existen y la historia oficial es una versión interesada de los acontecimientos.
   El padre, viejo veterano de aquel desastre que provocó más de trescientas bajas y un considerable número de heridos, llegó como oficial, con el Batallón de Armas Pesadas Ceuta 54, una denominación grandilocuente para un puñado de morteros, ametralladoras anticuadas y vehículos de transporte destinados a la defensa de un pedegral desértico, con escasos matorrales y un discutible valor estratégico por su proximidad a Canarias.
   La autora busca resaltar en todo momento el testimonio directo, el verbo oral del figurante central para que lleguen los acontecimientos con la verosimilitud más firme; se describen meses de angustia y privaciones, de soledad y desesperanza entre la piedra y el polvo.
   Los héroes son mentira recupera la versión personal de una historia triste, casi borrada por los manuales, que sigue viva en unos pocos supervivientes; son las confidencias de un viajero que en su itinerario vital se aproxima a la última estación y necesita dejar memoria. Sólo lo que se escribe permanece.

martes, 21 de mayo de 2013

40 ANIVERSARIO DE LETRAS HISPÁNICAS.

Premio Nacional a la mejor Labor Editorial Cultural 1997 y lider indiscutible en la venta de clásicos literarios anotados con sus conocidas colecciones "Letras Hispánicas" y "Letras Universales"
 
 
UNA COLECCIÓN FUNDAMENTAL
 
  Con un reconocido itinerario en el fomento de la cultura, se conmemora este año el 40 Aniversario de la Colección Literaria LETRAS HISPÁNICAS. Actualmente dirigida por Josune García, Ediciones Cátedra está integrada en el Grupo Anaya y ha editado más de ochocientos títulos en los que están representadas todas las etapas de nuestra literatura, desde la Edad Media hasta hoy.
   Su fondo cuenta con los mejores especialistas contemporáneos que han acercado al lector los nombres cimeros del canon en castellano en todos los géneros, poesía, novela, ensayo y teatro.
   Con un formato de bolsillo, práctico y atractivo, y un precio competitivo que se ajusta a las características de un mercado amplio, los libros de Letras Hispánicas han dispersado su magisterio entre profesores y alumnos, críticos y escritores, investigadores universitarios y curiosos. Tras cuatro décadas, prosiguen senda porque su calidad permanece inalterable en el tiempo.
    Para mí es un privilegio haber aportado a Letras Hispánicas dos ediciones, Arquitecturas de la memoria   y Ropa de calle, sobre dos poetas referenciales: Joan Margarit y Luis García Montero.
 
 
Joan Margarit
ARQUITECTURAS DE LA MEMORIA
Edición de JOSÉ LUIS MORANTE
Cátedra, Letras Hispánicas
Madrid, 2006
 
 
Luis García Montero
ROPA DE CALLE
Edición de JOSÉ LUIS MORANTE
Cátedra, Letras Hispánicas
Madrid, 2011

 
 
 
 
 
 
 
 

domingo, 19 de mayo de 2013

DOS LIBROS INÉDITOS DE LUIS ROSALES.

El libro de las baladas
y Romances de colorido
(con los poemas anteriores a Abril)
Luis Rosales
Edición de Xelo Candel Vila
Visor Libros, Madrid, 2012


AMANECIDA

   La obra poética de Luis Rosales, aunque siempre ubicada en el estante principal de la lírica del siglo XX, ha tenido en su lectura una percepción sesgada, condicionada en buena medida por los pormenores biográficos. La feroz represión falangista que acabó con la vida de Federico García Lorca en los primeros meses de la guerra civil dejó un tizne sucio sobre su biografía y ni siquiera investigaciones como La calumnia, la definitiva aportación de Félix Grande, han diluido por completo la deleznable falsificación. Por tanto, a pesar de los notables reconocimientos oficiales, su plena ubicación canónica ha sido tardía, como ha sucedido con otros nombres de la generación de 1936. Así lo señala en las páginas introductorias la poeta y ensayista Xelo Candel Vila, continua valedora del legado de Luis Rosales (Granada, 1910-Madrid, 1992), de quien acaba de editar, con Julia Barella, una reflexión crítica que unifica trabajos escritos al hilo del primer centenario.
  Es sabido que el suceder escritural es un largo proceso que aglutina tanteos y circunvoluciones hasta hallar la línea continua en la que mejor se define una voz singular. Los libros y poemas sueltos que aquí recupera Xelo Candel Vila pertenecen a esta fase de amanecida. Son dos libros inéditos que un joven poeta presentó en 1930 en el centro Artístco de Granada. Son frutos de tanteos formativos que solo tienen una dimensión periférica en el quehacer rosaliano. De hecho, casi todos los estudios consideran como inicio el poemario Abril, libro de 1935 en el que son perceptibles los ecos de Garcilaso, San Juan de la Cruz y Fray Luis de León, que ha contribuido a crear un perfil clásico, formalista y de aliento religioso.
   Los conjuntos poemáticos que preceden a Abril deben entenderse como muestras que contribuyen a clarificar el horizonte esteticista del poeta; nos dejan los primeros ensayos formales y algunas motivaciones argumentales que se van afianzando en el tiempo como asuntos consolidados por la experiencia verbal. El libro de las baladas tiene mucho de carpeta de taller, de aplicado ejercicio de manos; mientras que Romance de colorido paga el obligatorio peaje a la poderosa personalidad de Federico García Lorca, en aquellos años inevitable referente cultural. Otros poemas son composiciones desperdigadas en revistas de la época en las que se amalgama la experiencia lectora y cierta ingenuidad juvenil. Son pasos que lentamente llevan hasta el deslumbramiento de La casa encendida, entrega que por sí solo justifica la presencia del poeta de Granada en cualquier canon.
   Estas luces tempranas de Luis Rosales que con tanto acierto contextualiza Xelo Candel Vila en el prólogo y en las minuciosas notas finales suponen una vivificante inmersión en un lenguaje poético maleable, son la propuesta incipiente de una voz en crecimiento que mezcla hechuras y carencias. El cauce de los años hace justicia y concede a Luis Rosales palco fijo en la mejor poesía del siglo XX. 

sábado, 18 de mayo de 2013

EL REAL MADRID Y WILLIAM SHAKESPEARE.



CRÓNICA APÓCRIFA DEL VESTUARIO BLANCO
 
Diario AS
William Shakespeare
pág 13, día siguiente.     


"... Agamenón es un imbécil por querer mandar a Aquiles; Aquiles es un imbécil por dejar que lo mande Agamenón; yo, Tersites, soy imbécil por ocuparme de estos dos imbéciles; Patroclo, en fin, es un imbécil puro..."

Pd.- Con mis mejores felicitaciones para el abuelo Mariano, mi cuñado Rubén, mis amigos Marino, José Manuel Sánchez, y Ainhoa; y con la alegría de que este triunfo del Atleti obliga a dejar el banquillo blanco sin inquilinos. 

viernes, 17 de mayo de 2013

IOANA GRUIA. LA VENDEDORA DE TIEMPO.

La vendedora de tiempo
Ioana Gruia
Ediciones Espuela de Plata, Sevilla, 2013 

DESDE LA NIEBLA.

   Con su primera novela, La vendedora de tiempo, bajo el brazo, Ioana Gruia (Bucarest, 1978) ejerce la docencia y prosigue un proyecto de investigación filológica en la Universidad de Granada, ciudad donde reside y en la que inició senda en 2002 con el poemario Otoño sin cuerpo; su segunda apuesta lírica El sol en la fruta consiguió en 2010  el Premio de Poesía Andalucía Joven. El perfil bibliográfico se completa con el relato Nighthawks y el ensayo Eliot y la escritura del tiempo en la poesía española contemporánea (Visor, 2009).
  Introduce La vendedora de tiempo  un liminar de Luis García Montero. El poeta y ensayista firma una pautada reflexión sobre la muerte en la que cabe hacer recuento del existir y sus facturas; de la necesidad de ahuyentar el barco fantasma de la desolación dando razones diarias a la existencia. La enfermedad convierte al cuerpo en una casa fría y solitaria y es necesario hallar consuelo con la misteriosa claridad de los afectos.
  Desde su amanecer la propuesta narrativa de Ioana Gruia se plantea en una doble perspectiva: el modo directo, autobiográfico y confesional de la primera persona y el tono más sosegado y distante del narrador omnisciente. Pero las dos formas de contar la historia se hilvanan con una dicción limpia, sugerente, que hace de la emoción piedra de toque y que respira un ritmo argumental “que acaricia las palabras como si fueran pequeños animales dormidos”.
  La figura principal es Silvia, una identidad crepuscular de rasgos hermosos. Un cáncer de pecho habita su cuerpo y convierte el estar cotidiano en una ensimismada inquietud. Mudan los hábitos y la percepción del entorno, como si se vislumbraran las formas fijas de una estación final. Ya jubilada, se traslada a Mar del Plata al morir su pareja en un accidente, como si ese refugio lejano sumara alguna esperanza nueva y ofreciera otro sitio para empezar.
  Con un discurrir aleatorio, repartido entre horas de escritura, paseos o encuentros, la existencia adquiere una precaria condición de naufragio, de brazadas estériles ante la última costa. Silvia se embarca en un largo viaje introspectivo en el que las escenas del pasado se liberan del tiempo y aparecen como espejismos permanentes, estáticas imágenes como esoscuadros de Hopper, un pintor por el que Ioana Gruia siempre ha mostrado una especial inclinación.
   Cercano y cómplice el presente despliegue sus estímulos: el vitalismo de un cuerpo joven, la razón del deseo, la proximidad del otro, la visión idealizada de la realidad de un niño. Son circunstancias que evitan el repliegue, que ponen en el temblor de la mano un vaso de agua fresca y llenan la ventana con sus puntos de luz como tratamientos paliativos.
  De la infancia Silvia recupera un recuerdo especial: jugaba cuando niña a vender tiempo, en un precario tenderete hecho con un par de sillas y un trapo pintado. Ahora necesitaría comprar un tiempo nuevo para recomponer la geografía personal y allanar los desajustes de una convivencia familiar frustrada o con zonas de sombras. Pero no queda tiempo, sino un largo túnel que quiere recorrer con los que ama y dando voz a uno de sus personajes favoritos de La isla del tesoro: el capitán  Smollett.
   La muerte cierra el diario de navegación de Silvia. Pero el personaje permanece vivo en el ánimo encogido del lector. Igual que permanecen los destellos de una sensibilidad que recurrió en su lucha contra el destino a las idealizaciones infantiles, a ese mundo de sinestesias sensoriales y a esa idea del sexo como resistencia frente a la decrepitud. En la piel de Silvia, el cuerpo no fue nunca un barco entre la niebla, un lugar desahuciado.
 

                                                      

miércoles, 15 de mayo de 2013

CASA VACÍA.

Javier Cabañero. Utila (Honduras). 2012.

CASA VACÍA
  En esta casa ya no vive nadie aunque están todos los moradores que ocuparon sus habitaciones. Escucho su fisiología desperdigada en pasos, susurros, toses o gemidos. De cuando en cuando callan, como si se hubiesen mudado por unas horas a otro lugar. Pero siempre regresan. Esta noche olvidaron cerrar la puerta de la entrada, cortar el agua del grifo y apagar las luces. Alguien me despertó. No supe qué decir; me siento un extraño ocupando una casa vacía. Ellos me reconfortan y justifican mi presencia. Con voz cálida dicen: “alguien debe soñarnos”

lunes, 13 de mayo de 2013

HAIKUS DE "NUBES".


 

Puntos de luz
tus ojos. Cuando duermes
entro en la noche.
 

Tal vez amé.
El recuerdo ennegrece
lugar y tiempo.
 

Dónde mi orilla,
mi encuentro con la sombra
y  mi vacío.
 

Ninguna puerta
detiene el caminar
de la ceniza.
 
       (Nubes, Málaga, 2013)


 

 


 

sábado, 11 de mayo de 2013

RAMÓN EDER. EL AFORISMO.

El cuaderno francés
Ramón Eder
Huacanamo, Barcelona, 2012
 

   La palabra feliz de Ramón Eder ofrece su particular versión teórica del aforismo como epílogo de sus libros. Hace unas semanas, le pedí permiso para reproducir alguno de sus textos; me parece que clarifican con tino una estética personal, un modo de escritura que huye de la grandilocuencia y lo solemne:
 
El aforismo, cuando es bueno, es una frase feliz, es una verdad irónica, es filosofía cristalizada, es una flecha que da en el blanoco, es la inteligencia buscando una salida y encontrándola, es humor refinado, es una enorme minucia, es la gracia de la brevedad, es ética sutil, es la ligereza de la gramática, es cinismo superior, es un verso irrefutable, es un fragmento lúcido, es la elegancia de la sintaxis, es una manera de decir arcaica y moderna a la vez, es lo contrario a un mamotreto, es una burla sublime, es un cuento sintético, es ingenio científico, es una agudeza memorable...
 
( El cuaderno francés, pág 55)
 
  Queda claro: el buen aforismo es Ramón Eder, poeta que escribió una noche: "La vida es una ficción basada en hechos reales"
 
 
 
Pd.- Debo a mi amigo Ricardo Virtanen descubrimientos literarios esenciales. Él fue quien me abrió la ventana de Ramón Eder, porque desde hace años siente predilección por el aforismo y sus mejores voces contemporáneas. Aquí dejo constancia, querido Ricardo, de gratitud y afecto.
 
  Una tarde  escribí a Ramón Eder para pedirle consejo sobre un libro inédito. Su respuesta fue un aforismo más. De vez en cuando, Ramón vuelca en la red su conocimiento sobre los recursos expresivos del género, y yo he ido coleccionando sus consejos, útiles, necesarios, esenciales. Muchas gracias, Ramón.   


viernes, 10 de mayo de 2013

NUEVA CREACIÓN.

Vías del tren, Diego Gallardo
Acrílico sobre lienzo, mayo de 2012
(Homenaje a Bob Dylan)
 
Nueva creación.

Si me hallaras vacío,
solitario y absorto,
con el alma sin lastre
que asegure lo humano,
como grano de arena
al vaivén de la espuma,
como frágil cometa
en los cielos perdida,
ámame dulcemente,
sobre todas las cosas,
cual si fuera de barro,
una estatua olvidadada
que requiere tu soplo
para vivir de nuevo.

(De Rotonda con estatuas, Madrid, 1990)

miércoles, 8 de mayo de 2013

DOLORES LEIS PARRA. EL ÚLTIMO BERNAL.

El último Bernal
Dolores Leis Parra
Círculo Rojo, 2013
 

UNA SAGA FAMILIAR.
 
   En su amanecer como escritora, Dolores Leis Parra dibuja en El último Bernal  la crónica sentimental de una familia del último tramo del siglo XIX y comienzos del siglo XX. Jimena Martínez del Rosal, joven muy bella e impulsiva, es figura central. Su padre, casado en segundas nupcias con Luisa,  atraviesa un estado económico inestable. Quiere fomentar negocios y realizar ajustes en la economía doméstica y recurre a su buen amigo Emiliano Bernal para que dé solidaria hospitalidad a su familia en el verano. La amistosa relación con Emiliano es antigua y con una alta estima, a pesar de que estuvo enamorado de su primera esposa Estefanía, porque fueron amigos en la infancia y vivían en cortijos cercanos y cuando Estefanía no correspondió la pasión amorosa de Emiliano éste renunció a seguir cerca y abandonó la comodidad para aplacar su inquietud sentimental, aunque nunca logró olvidar a su gran amor; por eso se vuelca con su hija y con la familia de la malograda Estefanía, quien no pudo superar una dolorosa enfermedad.
   Durante la estancia de Luisa y Jimena en una casa rural andaluza otros amigos de Emiliano, procedentes de Inglaterra, visitan la propiedad. De este modo se establece una nueva relación convivencial que siembra sentimientos y afectos y que deja en el lector un cúmulo de imágenes de época de una sociedad muy jerarquizada, atada en sus clases altas por convencionalismos de los que poco a poco se van liberando las mujeres más jóvenes. También comparten días en la Bernalesa los miembros de una familia sevillana, los Vargas, que pronto se integran en las actividades lúdicas del cortijo y aportan al grupo las contradictorias preocupaciones sumergidas que impulsan sus ambiciones y proyectos.
   El fuerte carácter de Jimena no acepta de buen grado el control de su madrastra Luisa, a pesar de la excelente disposición para cuidar ae Jimena como si fuese su madre. Quiere que el padre pueda sentirse orgulloso y  que el ánimo no quede ensombrecido por su condición de huérfana.
   En el escenario ambiental también resaltan las facetas existenciales de otros personajes como los amigos ingleses de Emiliano que ven la finca con el pintoresquismo del extranjero que se acerca a una forma de vida privilegiada, pero condicionada por las costumbres.
   En el fondo diáfano de los cielos andaluces que muestra una clase social en todo su esplendor, Dolores Leis Parra resuelve un mapa de época en el que los personajes van trazando los hilos de un destino impulsados por las circunstancias que no siempre resultan lineales sino lleno de luces y sombras, entremezclados de sueños incumplidos y nostalgias varadas por lo que se perdió en el tiempo, como sucede siempre en lo cotidiano. La realidad es compleja y difícil, sobre todo cuando en los comportamientos funcionan como brújulas el privilegio social y la riqueza, aunque nos muestre un perfil de formas simples y de contrastes inamovibles entre los privilegios de la jerarquía y el estar humilde del pueblo llano.

lunes, 6 de mayo de 2013

FOTOGRAFÍAS.

Burgos, Javier Cabañero


Fotografías:

Cercado por las formas soy una forma más, de límites inciertos.

Fotografías como poemas  escritos con los ojos.

La imagen fue sincera; por fin mostró su verdadera edad.
 
Colores y formas; asideros referenciales que aseguran un sueño verosímil.

Autobiografía visual: fotografía del fotógrafo.

 

 

domingo, 5 de mayo de 2013

ESTAR DE PASO.

La Guardia (Rioja-Alavesa, mayo 2013)
Viajeros

Conforta estar de paso,
libres de espacio y tiempo.
Porque es largo el camino,
es un gesto prudente
dejar sobre las cosas una visión fugaz
que soslaye la forma
y suspenda el volumen,
que dote a la materia
de límites confusos.
Conforta estar de paso
y llenar madrugadas con historias
de una certeza frágil.
Que sea el viaje
un hecho cotidiano y sorprendente;
que guarde la memoria
aquella geografía
donde nunca estuvimos,
adonde llegaremos algún día:
cada viaje culmina en el regreso.

(De Un país lejano, DVD Barcelona, 1998)

viernes, 3 de mayo de 2013

DÍAS EN LA RIOJA.

Río Ebro (Logroño, 1 de mayo 2013) 
Días en la Rioja.

   Gratifica sumergirse en geografías lejanas y despoblar las horas de ángulos conocidos. Los días anteriores ha llovido mucho; suponemos que la lluvia será compañera de viaje, pero la grisura del cielo aguanta y, tras las paradas reglamentarias, llegamos a Logroño. Viajar con las brújulas de la tecnología anula el habitual desnorte previo. Estamos a la hora justa, y en la asepsia del trayecto cumplido con rigor.
   Nos alojamos en pleno centro, para aprovechar las horas de estancia. Es media tarde. Todavía hay poca animación, salvo en la calle Laurel siempre dispuesta a la gastronomía en grupo. También resulta grato acercarse hasta la orilla del Ebro y descansar en alguno de sus bancos de ribera, para sumar pasos después por la zona antigua de la catedral.
   Hemos quedado en Haro para visitar una bodega. La ruta por el valle presenta un aspecto inglés; viñedos y tierras de labor verdean con un aspecto de lozanía que augura una fértil cosecha. Los pueblos riojanos repiten rasgos de su entorno monumental: la muralla, las iglesias góticas y renacentistas y el progreso que el vino ha dejado en la comarca con bodegas prestigiosas que sólo se visitan con cita previa.
Además en cada rincón existe una cocina que hace necesario el paseo demorado por el casco antiguo. La proximidad de La Guardia suma un nuevo trayecto a una localidad armónica y tranquila, con un envidiable entorno urbano.
Cuando regresamos a Logroño ya es de de noche, la hora propicia para una cena tranquila y una infusión.
Al día siguiente es tiempo de regreso, con parada en Burgos para deambular por el Espolón, comer en algún restaurante cercano a la plaza de la catedral y subir hasta el castillo.
Esta vez los libros dormitaron. 
 
 

miércoles, 1 de mayo de 2013

DESENLACE.

Hilario Barrero
Desenlace

La sombra sin contraste
abastece el derrumbe;
parezco un descansillo ceniciento,
la tosca arena sucia de un barrio marginal
en cuyo cielo el sol hace turismo.
En medio de la noche
teñida percusión desbarata silencios.
No sé cuándo, pero se fueron todos.
Para la soledad guardo energías.
No me siento perdido;
me queda un equipaje por hacer,
la senda maleable
de unos pasos sin vuelta.

(De La noche en blanco, DVD, Barcelona, 2005)