martes, 3 de mayo de 2016

FRANCISCO FERRER CARBONELL. EL REMO DE CHARÓN

El remo de Charón
Francisco Ferrer carbonell
Editorial Círculo Rojo, 2016

AL OTRO LADO

  Para su amanecida como narrador, Francisco Ferrer Carbonell (San Pedro del Pinatar, Murcia, 1962)  elige un título con resonancias clásicas, El remo de Charón. Otra vez retornan desde las aguas mansas de la tradición los viajes de Caronte por las aguas en sombra del río Aqueronte para llevar en su barca, a golpe de remo, a las almas difuntas hasta la otra orilla. Solo un óbolo cobraba por su tarea a los nuevos inquilinos de la Parca. Y de esa azarosa despedida se nutren los relatos contenidos en esta entrega que, desde diferentes enfoques, testifica las voces de llegada a la estación final.
  El relato inicial opta por el tono sentimental de la elegía. nada hay más complejo que aceptar la ausencia de quienes compartieron instantes de felicidad y son las vivencias en común las que se guardan contra el abrasivo efecto de los días. Pero ya he comentado al inicio de esta reseña que el autor busca  en el proceso narrativo de estos cuentos un sostenido contraste ficcional y un muestrario de estados de ánimo en los protagonistas. De inmediato, en el segundo relato, aflora el humor y ese apunte leve que la ironía deja entre las cosas cuando no acaban de concretarse los síntomas de la despedida y hay que recurrir –con sentido paradójico- al médico sanador para que en su profesión encuentre remedio para cerrar los ojos, aunque sea este gesto el que clausure el devenir convivencial.
  Otros cuentos parecen inspirados en la tradición oral e hilvanan argumentos que viajan de boca en boca hasta que alguien asume el oficio de cronista certero para que sean conocidos por las nuevas generaciones. Así ocurre en los relatos titulados “El perro de la parca”, “la promesa” y “Cómeme”. Son piezas literarias donde la historia va resolviendo su clave argumental con el cuidado de quien además de narrar ofrece en el cierre una enseñanza didáctica que invita al lector al asentimiento reflexivo.
   Por su longitud y por su condición de relato próximo al cine negro y a la narración de detectives que tanta acción acumula en cada secuencia, el cuento “Jhericó” tiene un notable papel protagonista con un avance bien contruido y con el manejo de personajes principales y secundarios más definidos. En claro contraste. como si el autor buscara en los rincones de la ficción otros ángulos muertos, en el microrrelato “la sombra”  entrelaza líneas con la voz sosegada del misterio para que afloren las cicatrices de la noche, ese mundo en sombras que encoge el ánimo y requiere unos hilos de luz.
  Los casi treinta relatos integrados en los capítulos de El remo de Charón optan por la incertidumbre que clausura los pasos del sujeto. La vida al paso es un intervalo con fecha de cierre; un paréntesis maleable que deja entre la cronología azarosa de lo cotidiano el perfil nítido de una última pisada. Y aceptar ese hecho supone pensar que el acontecer tiene un fin, una muerte callada o estrepitosa que el escritor presenta siempre con un lenguaje coloquial, hecho con cercano gesto, el humor o la seriedad de historias que reflejan las palpitaciones del destino. Silenciosa y tenaz, la muerte está ahí y hay que contemplar su perfil sin patetismos, con el óbolo dispuesto bajo la lengua, como si se aguardara la eventual llegada de la sombra convencidos de que el destino también nutre al azar. Y tal vez en el próximo viaje cambie de voluntad y permita el aplazamiento, ese cerrar los ojos pensando que mañana será otro día.





2 comentarios:

  1. Amigo, tú eres parte de este libro, y lo sabes. Darte las gracias se me antoja poco para agradecerte tus palabras. Ni yo mismo podía haberlo definido tan bien. Que sepas que si hay una segunda edición te pediré permiso para que esta reseña entre a formar parte de la misma. Siempre estaré en deuda contigo, no obstante fuiste tú quien me dio alas para seguir la senda de la narrativa en vez de la poesía y, siendo realista, acertaste. Siempre estaré agradecido contigo. algún día tendré que pagarte esa cervecica junto al Mar Menor. Gracias de corazón.

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    1. Querido Paco, un gran abrazo en tu cumpleaños y la certeza de muchos días por venir repletos de amistad y literatura. Gracias por el afecto de tantos años.

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