martes, 4 de octubre de 2016

RUBÉN MARTÍN DÍAZ. AZUL NOCTURNO

Azul nocturno
Rubén Martín Díaz
La Isla de Siltolá, Nouvelle
Sevilla, 2016

CONTRASTES
  
   Aunque el quehacer literario de Rubén Martín Díaz (Albacete, 1980) se fundamenta en la poesía, con reconocidas estaciones como El minuto interior, El mirador de piedra, Arquitectura o sueño y Fracturas, no se desvincula de la exploración de nuevas formas expresivas como el cuento breve.
   Tras dar a imprenta su poemario Fracturas amanece en La Isla de Siltolá su primera compilación de relatos, titulada Azul nocturno. El volumen contiene doce cuentos con una nota final que clarifica que los textos no son una mutación circunstancial de su escritura sino una consciente indagación complementaria a su percepción lírica.
   El inicio de esta muestra en prosa integra los argumentos en el territorio intimista de lo cotidiano. En primera persona, una identidad reconocible traza una crónica detallada de su deambular existencial. El ahora es visto bajo la claridad de una luz templada y asumir sus contingencias es abrir la puerta a los demás, alentar una espera que genera otros recorridos. El pensamiento esclarece los pasos vitales y, mientras aguarda en el callado refugio de la casa, va recuperando de los estantes del pasado algunos recuerdos personales que ahora parecen materia gastada en las manos del  acontecer. En el mismo relato otra voz –ella- deja su evocación en paralelo, como si construir los paneles del tiempo requiriese yuxtaponer enfoques, hacer del recuerdo un afán sostenido para buscar el espacio común del nosotros; ese lugar que permite el ajuste de cuentas con la decepción.
  En el devenir laborable siempre encuentra sitio lo banal, esas gotas de un grifo mal cerrado que percuten en el silencio; la vida va fijando sus contornos a partir de mínimos detalles que se van convirtiendo en argumentos. En esa búsqueda del tiempo perdido se despliegan otros relatos en los que cobra vida lo insignificante, todo aquello que tiende a pasar desapercibido.
  El buen libro de cuentos dispone secuencias autónomas que van gestando un azaroso discurrir ,empeñado en mantener en suspenso la atención del lector. De este modo, los sustratos argumentales propician la variedad. Un verano laboral en la costa catalana bajo la difusa sombra de Dalí da pie a un relato estival que recupera el insólito afán vanguardista del pintor frente a lo previsible. Otro relato recrea el entorno cultural de Antonio Machado en Segovia, ese mundo compartido con Guiomar en el humilde estar de la labor diaria, que hacía del poema palabra en el tiempo. Recordar a Machado desde otra memoria es dar voz a una luz humilde e inolvidable que remueve a su alrededor algunas sombras.  
  Otra presencia real convertida en personaje en estos cuentos en Enrique Vila Matas. El novelista comparte sitio en el cuento  “La joven del café de Flore” que es, sobre todo, una evocación gozosa de Paris, arquetipo de la ciudad literaria, y una apropiación de identidades desde la lectura, que mantiene una cercanía romántica e intimista con la imaginación.
  Los relatos de Rubén Martín Díaz tienen la piel porosa del buen observador, de quien busca conocer en profundidad lo que oculta la homologada quietud de lo cercano. En ellos encuentra sitio una tupida red de estímulos emotivos y esos espacios que comparten onirismo y realidad,.  Sus hilos argumentales tratan de vislumbrar las voces sosegadas que responden a los interrogantes que plantea la difuminada percepción del presente, un tiempo hecho con el trazo volátil de los sueños.  


2 comentarios:

  1. Quizás lo lea, me ha atraído tu forma de presentarlo.
    Me agobia tanto el montón de libros que tengo en espera... que ha llegado a preocuparme,lo que si te digo es que si algún día publicara algo, que lo dudo,recurriría a ti para que hablaras sobre él, aunque no lo cond¡siguiera.

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    1. Hola Tracy, la lectura es una conversación en voz baja, no una tarea impuesta, así que no tengas ninguna sensación de asuntos pendientes. Tómate el tiempo que necesites y abre el libro que te dicten tus manos y tu voluntad... Lo mío es el trabajo de un crítico que busca a diario en los estantes un poco de vida... Sé que hay muchos libros por leer, y solo queda disculparme por crearte demasiadas obligaciones, por robarte tanto tiempo. Un fuerte abrazo.

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