miércoles, 1 de marzo de 2017

NUNO JÚDICE. IMPLOSIÓN

Implosión
Nuno Júdice
Traducción del portugués de
Mario Quintana
LeTour1987,  Mérida, 2017

PASADO IMPERFECTO

  Nuno Júdice (Mexilhoeira Grande, Portugal, 1949) ha justificado alguna vez la chispa de su impulso creador. Es fruto de una voluntad que hace de la pereza un término vacío: “Me obligo a trabajar todos los días, como un oficinista”, decía, con verbo coloquial y sustrato irónico, en una entrevista de El País. En el perfil del profesor universitario se teje una red de géneros: poesía, novela, ensayo, teatro y ediciones críticas, aunque su obra se escora de forma clara hacia el quehacer lírico: ha publicado treinta poemarios con reconocimientos como el Premio Reina Sofía de Poesía Iberoamerica, en 2013. Recomendable síntesis del cauce versal es la antología Devastación de sílabas, con prólogo y selección poética de Pedro Serra y versión al castellano de José Luis Puerto.
  La prosa narrativa del portugués integra una decena de ficciones, de las cuales Implosión es la elegida por LeTour1987 para la epifanía de su colección Champs-Élysées, con versión al castellano de Mario Quintana y atractiva disposición formal. Del sustantivo Implosión emana una sugerente semántica: frente al estruendo visual, la ruptura hacia dentro, la energía capaz de compactarse hacia sí misma.
  El cauce argumental recurre a la primera persona para enlazar el devenir histórico con la visión subjetiva de los implicados. El pasado imperfecto está ahí como sustrato básico y nunca se diluye. Sirvió de excusa para desarrollar un entramado de relaciones que retorna con fuerza hasta el presente. En las calles, queda lejos la épica jornada de los claveles que puso fin a la dictadura salazarista, pero la necesidad de acción y el desvelo por corregir la hidra autoritaria es siempre una necesidad perentoria. La fe revolucionaria nunca envejece.
  La voz directa del narrador da la palabra a un activista que se ha ido integrando en el conformismo hasta la crisis económica que llevó la ruina al país y trajo rescates e intervencionismo de los mercados. Y frente a él, el doble de Lenin, un solitario con vocación de escritor que ha hecho de la escritura refugio para conceder otra dimensión a lo real.
  Y en ese intercambio de derrotas pactadas crece la figura de Ángela, un personaje ambiguo, de complejo trasunto afectivo. Así lo corroboran los dos interlocutores que se reencuentran en el ahora para compartir dudas mientras en la calle se apaga el rumor contra la pobreza y el desamparo. En esta conversación renacida van a definirse sus preguntas existenciales. Y una de esas preguntas es el amor de Ángela y la historia de su borroso papel en el tiempo.
   Ahora Ángela es una ausencia, acaso el cuerpo dormido en un féretro que exige una despedida; un diálogo en el que se van abriendo las dos historias paralelas en torno al amor y a la conciencia cívica; la del enamorado y la de quien creo de la persona real un personaje trasformado en una presencia onírica. Además, el escritor asocia el cadáver con la patria, como si una simple presencia fuese la representación más firme de la muerte de cualquier utopía.
  La novela adquiere de este modo una fuerte dimensión crítica: los sentimientos pasan a un segundo plano porque la calle es el plano desplegado de una nueva dictadura, esta vez sin cabezas visibles y sin la estridencia de los uniformes, pero con un objetivo muy claro: hacer de la vida económica de los países más pobres – qué retrato de la crisis en Grecia, Portugal o España- un cauce definido por los intereses de un capitalismo atroz que hace del dinero un único registro monocorde.
   Implosión tiene el aire de una memoria ficcional a dos voces con el escenario sombrío de una novela negra. Su argumento sirve para marcar las huellas de una generación que sintió en su garganta el humo de la dictadura y que ahora vive el futuro quemado de la transición. Gente en la calle que rebusca en el contenedor de la intemperie. La libertad es siempre una conquista que nunca encuentra las preguntas necesarias a sus propias respuestas.


       
  


No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.